Los piratas y su camino a la Leyenda

Todos los piratas tienen
un temible bergantín,
con diez cañones por banda
y medio plano de un botín,
que enterraron a la orilla
de una playa en las Antillas.

 

Todos los piratas tienen
un lorito que habla en francés,
al que relatan el glosario
de una historia que no es
la que cuentan del corsario.
Ni tampoco lo contrario.

Joan Manuel Serrat

Hace poco tiempo me reencontré con mi primo a quien no veía desde hace muchos años. Tratando de ponernos al día con nuestras respectivas vidas y mirando unas fotos tan viejas que hasta eran más viejas que yo, mi primo comenzó a contarme historias de su infancia y su relación con el abuelo Justo a quien yo no había llegado a conocer. Fue así como descubrí o que mi abuelo tenía una frondosa imaginación o que en realidad en su juventud había tenido una vida cargada de aventuras ya que a decir de mi primo, había estado embarcado en la Flota de Galeones de la Armada Española. Este comentario por parte de mi primo, despertó mi curiosidad y comencé una investigación sobre “La flota de galeones de la armada española”. No hizo falta hurgar mucho para descubrir que “los galeones” y mi abuelo eran hechos absolutamente anacrónicos y que este comentario no era más que una muestra de que mi abuelo, como algunos de sus contemporáneos había disfrutado del género de aventuras y en particular de “los piratas” en la Literatura.

El parche en el ojo, la bandana en la cabeza, la pata de palo, el garfio, el cofre del tesoro, el lorito parlanchín sobre el hombro y la bandera con dos tibias cruzadas sobre la cual descansa una calavera caracterizan a personajes que dentro del género de aventuras siempre han contado con el público infantil - juvenil al que acercan un ideal romántico de la libertad.

Los piratas, al igual que muchos otros personajes, ingresan a la Literatura de la mano de la tradición oral. Boca a boca se iban transmitiendo sus hazañas y cuando estas abandonaron el plano de lo real, porque se impulsó el libre comercio y dejaron se serle útiles a los estados, los piratas pasaron a ser leyenda.

 

Los piratas en la historia

 

Desde el punto de vista histórico y a pesar de que todos consideramos que los piratas están ligados a la Edad Media y el comercio de Flotas y Galeones, los piratas tienen su origen en la Grecia Clásica, más de cuatros cientos años antes del nacimiento de Cristo. Puede decirse, casi sin lugar a dudas que la piratería existe desde que existe la navegación. Los piratas son aquellos marinos que atacan sin autorización legal no sólo barcos, sino también ciudades costeras, saqueando y matando a tripulantes y vecinos.

Julio Cesar atacó a los piratas de Cicilia quienes habían asolado el Mediterráneo. Logró eliminar aproximadamente a 10.000 piratas y capturar otro tanto, sin embargo, continuaron siendo el azote a la flota.

Durante le Siglo VIII, quienes asolaban las costas europeas ejerciendo la piratería eran los temidos vikingos y se destacaban por su crueldad, quemar, matar y saquear eran sus actividades preferidas. Sus barcos, conocidos como “drakkars” llegaban a medir hasta veintitrés metros de eslora.

La reina Isabel I de Inglaterra, en el siglo XVI legalizó la escuadra de piratas ingleses del capitán Francis Drake, quien atacaba a la flota de galeones española y compartía sus ganancias con la corona inglesa. La reina lo nombró caballero, “Sir” y en lugar de pirata se lo denominaba “corsario”. Los ingleses lo consideraban héroe nacional y los españoles, un ladrón al servicio de la corona que pasó a ser la más importante de Europa. Nos encontramos entonces ante una sutil diferenciación: Un “pirata” se transforma en “corsario” con la simple operación de obtener una autorización legal: un documento llamado “patente de corso”, otorgado por un estado, que autoriza a un particular o particulares a atacar barcos y puertos enemigos, usualmente compartiendo el botín. La participación en el botín estaba fijada por contrato, y hasta se preveía un sistema de compensación para los lisiados por heridas en combate.

Durante el Siglo XVII, de la mano de un fuerte comercio entre Europa y América, los piratas trasladaron su acciona al Mar Caribe; estableciendo en Port Royal su base más importante y en la que a pesar de un terremoto ocurrido en 1692 fue posible encontrar piezas robadas de gran importancia. Luego, se trasladan a New Provindence (Nueva Providencia) en las Bahamas y la declaran República Pirata entre 1715-1720. La corona inglesa, ofreció a los piratas su perdón a cambio de que abandonaran la piratería, pero fueron muy pocos los interesados en el trato.

El Siglo XIX los llevó a las costas africanas por lo que a los tesoros habitualmente arrebataban: lingotes de plata y oro, joyas, piedras preciosas y mercancías incorporaron marfil, especias, animales exóticos, piedras preciosas, y esclavos. No hubo mar conocido, que no se encontrara invadido de piratas en busca de riquezas.

En un contexto en el que existían profundas diferencias de género y estereotipos, pocas fueron las mujeres dedicadas a la piratería. En Irlanda, Grace O´Malley se hizo famosa durante el Siglo XVI. Se dice que era muy bella, de noble cuna y maestra en la navegación, tenía su propia flotilla y con un importante número de piratas bajo su mando, atacó las costas de su país durante casi treinta años, luego de los cuales, pidió perdón al rey de Inglaterra para retirarse a un lugar desconocido hasta el final de sus días.

 

Las historias de piratas

 

Piratas, bucaneros, corsarios y filibusteros, sin dudas aventureros se unieron en sorprendentes hermandades igualitarias que trascendían las diferencias de idioma y raza en pos de un sueño común: el oro ajeno. Con su molesta costumbre de no hacer distinción de banderas cuando de robar se trataba, se transformaron en una molestia para los estados y en 1716 se lanzó la campaña de exterminio definitiva que los transformó en historia a partir de 1730. Desde entonces, las historias de piratas se convirtieron una forma de cultivar la nostalgia. El éxito del género fue masivo. Los autores pudieron comenzar a componer y recrear los personajes a su antojo, atribuyéndoles una ferocidad o un espíritu caballeresco más acorde con las necesidades del texto que con la realidad histórica: el ennoblecimiento de esta variante marítima del pillaje facilitaba la identificación del lector con el pirata, operación de éxito casi imposible si el autor se atenía a la historia.

Así fue como Silver, Morgan, el capitán Blood, Drake, Barbarroja y Barbanegra dejaron la historia y pasaron a la Literatura; se transformaron en protagonistas de las más emocionantes aventuras desde que en 1598, Lope de Vega, escribiera “La Dragoneta”, cuyo protagonista no es otro que Sir Francis Drake.

En 1678, “Bucaneros de América”, escrito por Alexandre Olivier Exquemelin cuenta su experiencia como médico cirujano en la flota del pirata Morgan mientras se producía el saqueo de la ciudad de Maracaibo.

Otro de los pioneros del género fue el novelista inglés Daniel Defoe, quien vivió la edad de oro de la piratería americana y escribió: "Vida, aventuras y peripecias del Capitán Singleton" y el clásico de aventuras “Robinson Cruzoe”. 

Y hasta Miguel de Cervantes, quien vivió la experiencia del cautiverio a manos de los piratas berberiscos, incorporó parte de esta  experiencia en algunos de los capítulos del Quijote (XXXIX de la primera parte y LXIII de la segunda).

La Revolución Industrial, dio un fuerte impulso a la industria editorial y con ella el mundo de la piratería comienza resurgir, pero esta vez en la literatura.

Son múltiples los autores que han incursionado en el género, pero no podemos dejar de mencionar la “Canción del pirata” de José Espronceda, cuyo original data 1840, aun hoy permanece en el recuerdo de numerosos lectores y ha sido musicalizada por el grupo “Tierra Santa”.

Piratas, bucaneros y filibusteros fueron en boca del abuelo Justo, la puerta de acceso al mundo de la literatura para mi primo y sin lugar a dudas para muchos jóvenes.

Hoy, cuando “navegamos” en forma virtual, son otros los “piratas” que al igual que aquellos ambicionan un sueño común: el oro ajeno (en la actualidad la información ajena) y sin hacer distinción de banderas cuando de robar se trata, ponen en peligro las investigaciones de todos los navegantes.

Dada la extensión de la temática los invitamos a consultar nuestro anexo bibliográfico, donde podrán encontrar novelas, películas y comic´s que responden a este género:

 

Prof. Mirta Rodríguez

 

 

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