Nicolina quiere boxear"

 Nicolina se dedica a contar chistes.  Anima toda clase de acontecimientos: 

casamientos, bautismos, barmitzvá, bodas de oro,    bodas de diamante, bodas de cristal, domas,  jineteadas,  almuerzos criollos  y   hasta  bodas de papel.

Pero la verdadera vocación de Nicolina siempre fue ser boxeadora.

Por eso cada noche, cuando vuelve del trabajo (que pudo haber sido la animación de cualquier tipo de evento, por ejemplo: cumpleaños, fiestas de egresados, cenas de fin de año bodas de plata, bodas de brillante, bodas de porcelana aniversarios, despedidas de soltero o desayunos de trabajo)

Saca una bolsa que desde hace años guarda en el ropero y se prueba la bata, las botitas blancas con cordones, los guantes y el protector bucal. Después ensaya poses salvajes frente al espejo.

Tunino, el gato italiano, la mira saltar la soga, hacer buches en el rincón, correr alrededor de la mesa cuadrada como un ring y azotar los almohadones del sillón del living (cuando los vecinos ven volar las plumas a través de la ventana, saben que Nicolina terminó su round). Después de la rutina, Nicolina descansa, se baña, le da un beso al retrato de “Mano de Piedra” que le sonríe desde la mesa de luz, y por fin se acuesta a dormir.

Mientras tanto, Tunino aprovecha y se queda toda la noche en la terraza cuidando el territorio: ya se enfrentó con los gatos más salvajes de la cuadra, en medio de maullidos de guerra que resuenan en la noche y les ponen a los vecinos los pelos de punta. Cuando amanece, la terraza está cubierta de macetas rotas, de ropa que ha volado desde los tendederos cercanos y de pelotas de pelos grises, marrones y naranjas que ruedan como la paja en las películas de cowboy.

Como cada mañana, Tunino entra a la cocina a tomar su leche. Tiene el ojo derecho lastimado, la cola partida y una oreja torcida para siempre. Nicolina (que se levanta temprano y desayuna al lado de su gato) ni se da cuenta de que Tunino está medio estropeado y se va rápido a trabajar, porque no sé si les comenté que ella anima todo tipo de reuniones: bodas de seda, bodas de perlas, recepciones de embajadores bailes de las colectividades, encuentros de ex alumnos, fiestas patrias, reuniones de empresarios, bodas de rubí y hasta   velorios.

Pensar que en esa casa el verdadero boxeador es Tunino, el gato italiano, y Nicolina... ¡ni se da cuenta!

Para los 7 Calderos Mágicos

BEATRIZ ACTIS

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