| 
            Existen diversos motivos para 
            explicar porqué es importante la lectura, porque es fundamental el 
            simple acto de leerle al niño. En primer lugar, ayuda a desarrollar 
            el vocabulario. El niño aprende el significado de las palabras al 
            escucharlas en el contexto. 
            La segunda razón, es que a través de 
            las historias, incorporan paulatinamente la correcta construcción de 
            las oraciones La manera más fácil de aprender la sintaxis de 
            cualquier idioma es al escucharlo y usarlo continuamente. 
            También los niños a quienes se les ha 
            leído están más motivados a leer. 
            Asimismo las oportunidades de acceso 
            a situaciones de lectura determinan la pronunciación correcta, el 
            significado y uso de los signos de puntuación (indicando la 
            expresión), los diferentes estilos usados en la lectura de papá y de 
            mamá quedan todos más claros por  medio de la lectura en voz alta. 
            La lectura ayuda a desarrollar 
            mecanismos complejos en el cerebro como la comprensión, la 
            anticipación, la predicción. Entran en juego muchas habilidades que 
            se necesita para la inserción en nuestra sociedad. Permite entender 
            distintos mundos y desarrollar una actitud de empatía hacia el 
            conocimiento del otro, enseña acerca de muchas ciencias. Y también 
            otorga un pensamiento crítico. 
            El desarrollo de un niño desde que 
            nace y hasta los 5 años es clave en todos los aspectos: intelectual, 
            psicomotriz, social... El aspecto lingüístico no queda afuera. El 
            lenguaje acompaña la mayoría de las actividades que realiza, es la 
            base de la comunicación social y contribuye a formar su pensamiento. 
            Al igual que el niño entiende el  lenguaje antes de estar en 
            condiciones de utilizar la palabra, puede también, incluso, entender 
            el lenguaje escrito antes de poder hablarlo.  
            Algunos aspectos a tener en cuenta a 
            la hora de elegir un libro:    
            La selección de libros 
            infantiles:    
            Para elegir acertadamente los libros 
            que se ofrecerán a los niños, conviene tener en cuenta algunas 
            cuestiones. 
            La calidad literaria:
             
            Existen distintos criterios para 
            seleccionar libros para niños, sin embargo, nunca debe dejarse de 
            lado el relacionado con la calidad literaria. Ahora bien, cualquier 
            persona no experta en el tema puede preguntarse cómo se reconoce esa 
            calidad. La respuesta es sencilla.  
            Un buen libro para niños debe 
            resultar divertido, emocionante, atrapante, interesante o conmovedor 
            para cualquier adulto.  
            Si un  adulto puede disfrutar de un 
            libro, aunque esté destinado a niños de dos años, seguramente le 
            gustará también al pequeño. 
            Si es un texto narrativo, debe contar 
            una buena historia, tener suspenso o generar ganas de seguir 
            leyendo. 
            Si es un poema o una canción, debe 
            atender a la musicalidad. 
            En todos los casos, debe combinar de 
            manera sorprendente o especial las palabras que usamos todos los 
            días. 
            El texto tiene que poder conmover al 
            lector en algún sentido: provocar risa, tristeza, nostalgia, miedo, 
            ganas de vivir algo igual. 
            El texto tiene que mostrarnos de 
            algún modo nuestra propia realidad, aunque haga referencia a un 
            mundo lejano. 
            Los personajes deben poder revelarnos 
            alguna faceta del ser humano, para poder reflexionar sobre ella. 
            Las imágenes: 
             
            Otro aspecto importante en esta 
            selección es el que se relaciona con la calidad de las imágenes y de 
            la edición. En los primeros años de vida, los niños ven a los libros 
            como una clase especial de juguetes y, al igual que éstos, deben ser 
            visualmente atractivos. 
            En La literatura para niños y 
            jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas, Marc Soriano 
            (1995) apunta algunos criterios para valorar las ilustraciones de 
            los libros infantiles: 
            Las imágenes deben permitir reconocer 
            con claridad los rasgos de los objetos, especialmente en los libros 
            destinados a los más pequeños, es decir, deben ser claras y 
            legibles. A medida que los niños crecen, se les pueden ofrecer 
            ilustraciones más complejas y abstractas. 
            Las imágenes no deben ser una mera 
            copia de la realidad.  Como todas  las obras de arte, deben ser 
            sugerentes y facilitar un despliegue de miradas. En otras palabras, 
            debe observarse que las ilustraciones no sean estereotipadas o 
            excesivamente realistas,  sino ofrecer una visión del artista. 
            Las ilustraciones deben ser 
            sorprendentes. La televisión suele crear en los niños un 
            acostumbramiento al mundo de la imagen. Por eso, las que aparecen en 
            los libros deben poder sorprenderlo en algún punto, tener     la 
            capacidad de mostrarle otros puntos de vista, generar un  extrañamiento.
 
            Por otra parte, es necesario 
            considerar que, a través de distintos libros y de diferentes 
            ilustradores, los niños deben poder llegar a observar diferentes 
            estilos en la producción de imágenes. Así, los libros con cuentos y 
            poemas pueden ser también los primeros libros de arte. 
            La variedad: 
             
            Otra cuestión a tener en cuenta a la 
            hora de seleccionar libros para niños es la de la variedad.  Los 
            niños se encuentran en pleno proceso de aprendizaje y crecimiento, 
            por lo que necesitan conocer distintas formas, usos y funciones del 
            lenguaje y de los libros. Esto les permitirá diferenciarlos e ir 
            formando criterios propios para elegir los que más le gustan. 
            La variedad permite también 
            desarrollar el gusto por la lectura. Es posible que muchos niños 
            digan que no les gusta leer por el simple hecho de que no se han 
            encontrado aún con un libro que les cause alguna emoción. 
            Una buena selección de libros para 
            niños debe incluir: cuentos, novelas, poemas, canciones, chistes, 
            biografías, experimentos, informaciones sobre temas diversos, 
            historietas, leyendas, enigmas, juegos, instrucciones. A su vez, los 
            textos literarios deben contemplar variadas temáticas: amor, humor, 
            fantasía, terror, ciencia  ficción, conflictos humanos, misterio y 
            otros que a los chicos los motiven. 
            El nivel de lectura:
             
            Las editoriales suelen mostrar en sus 
            tapas y contratapas las edades más adecuadas para incursionar en un 
            libro o en una colección. Si bien el criterio de la edad cronológica 
            puede resultar orientativo, no es suficiente ni puede determinar la 
            elección o la no elección de una obra. Lectores con más años que los 
            señalados pueden disfrutar de un buen relato dirigido a niños más 
            pequeños. Porque les recuerda otros momentos de su infancia, porque 
            es divertido o porque no le exige un gran esfuerzo. 
            A la inversa, algunos chicos pueden 
            sentirse fascinados por libros para otros más grandes, porque tienen 
            muchas letras y quieren descubrir el “secreto” que encierran, porque 
            quieren sentirse más grandes o porque les llamó la atención un 
            título. Es posible que para internarse en su contenido necesite de 
            la ayuda de un adulto o de un  niño más grande, con quien pueda conversar sobre lo que no entiendo 
            o simplemente porque necesita que otra persona se lo lea.
 
            El criterio de la edad  cronológica 
            puede resultar también inadecuado para los niños que han tenido 
            escasas experiencias con la lectura y que necesitan leer textos más 
            cortos o más sencillos que otros que han sido estimulados desde 
            edades muy tempranas. Éstos  últimos, por su parte, pueden abordar 
            libros destinados a otros más grandes.  
            Entonces, lo que conviene en estos 
            casos es tener en cuenta el nivel de lectura en que los chicos se 
            encuentran y, poco a poco, acercarles otros más complejos, para que 
            sigan avanzando.   
            Para que lean podemos entre 
            otras propuestas: 
              
              
              Que nos vean leer.
              
              Leerle nosotros.
              
              Contarles cuentos e historias.
              
              Ofrecerles materiales atractivos y 
              adecuados para motivarlos a la lectura.
              
              Leer con ellos.
              
              Invitarlos a escribir. 
            Éstas son algunas actividades que 
            usted puede compartir con sus hijos durante las vacaciones. En todas 
            ellas se propone el contacto con diferentes tipos de materiales y 
            propuestas vinculadas con la lectura: 
              
              
              Visitar un museo: Los 
              museos son siempre un destino turístico popular.  En algunas 
              ciudades y localidades hay museos que los niños pueden  conocer. 
              En ellos, es posible encontrar información sobre temas de 
              su interés (por ejemplo, de ciencias naturales, de historia, 
              vinculados con las maneras de vivir en otras épocas) y ponerse en 
              contacto con diferentes expresiones artísticas. Antes de visitar 
              un museo pueden leer algún libro o historieta que entusiasme a los 
              niños con la visita. Por ejemplo, si visitan un museo histórico 
              pueden leer un cuento que transcurra en otra época, donde 
              aparezcan elementos que verán en el museo o leer un libro 
              informativo sobre la temática de una muestra (por ejemplo, sobre 
              dinosaurios, medios de transporte, etc.).
              
              Un paseo al aire libre: 
              A pesar del frio, siempre es lindo pasear con  los chicos aunque 
              vayamos abrigados hasta la nariz. Organice un paseo a algún parque 
              o plaza de la ciudad. Planifique junto con sus hijos el paseo y 
              elaboren una lista de libros a consultar que los entusiasmen para 
              observar la naturaleza. Por ejemplo, libros sobre pájaros o 
              insectos. También pueden llevar un cuento, leerlo juntos y luego 
              hacer collages sobre el cuento utlizando hojas y ramas.
              
              Chocolatada con historias: 
              Organicen una merienda especial y compartan cuentos e historias de 
              su niñez o las historia que les contaban sus padres o abuelos.
              
              Con los abuelos: 
              Invítelos a compartir historias de cuando ellos eran chicos. 
              También pueden contar leyendas o anécdotas familiares.
              
              Entre hermanos: 
              Proponga que los hermanos mayores lean a los más chiquitos. 
              También pueden presentar una obra de títeres.
              
              La cápsula del tiempo: 
              Una cápsula del tiempo puede ser una caja, un baúl u otro elemento 
              que contenga elementos representativos de una época (fotos, 
              periódicos, dibujos, listados de música, de películas, objetos, 
              entre otros) que se reúnen para ser vistos en el futuro por los 
              interesados en conocer cómo se vivía en “nuestros tiempos”. 
              La cápsula se cierra y se estipula una fecha en la que podrá 
              ser abierta, por ejemplo, dentro de 20 años. Pueden armar una 
              cápsula, seleccionar los elementos que incluirán en ella y 
              escribir una carta para quienes la abrirán en el futuro. 
            Estas son algunas actividades donde 
            se propone el uso de la palabra escrita y hablada. Cada familia las 
            puede adpatar de acuerdo con sus preferencias: 
              
              
              Crear un álbum familiar con 
              anécdotas y comentarios.: Al tradicional álbum de fotos 
              familiar se le pueden sumar comentarios sobre las fotos, relatos 
              de las situaciones que en ellas se presentan, poemas que las 
              acompañen o cualquier otro texto que deseen incorporar. 
              Las familias que cuentan con computadoras y disfrutan trabajando 
              con ellas, pueden armar una presentación de las fotos acompañadas 
              con textos y sonidos.
              
              El libro de los personajes de 
              la familia.  Pueden armar un libro en donde presenten a 
              diferentes “personajes de la familia”. En ese libro pueden incluir 
              sus fotos, ilustraciones, anécdotas que protagonizaron y algunos 
              rasgos que lo caracterizan.
              
              Calendario de los cumpleaños 
              de la familia. Pueden elaborar una libreta con datos sobre 
              los cumpleaños diferentes miembros de la  familia.
              
              Elaborar un árbol genealógico 
              de la familia. Pueden armar un “arbol” con todos los 
              miembros de la familia. Pueden decorarlo y hacer copias para 
              compartir con los familiares.
              
              Armar un recopilación de 
              historias familiares. En la mayoría de las  familias se 
              cuentan historias que pasan de generación en generación.  Se trata 
              de relatos que no están escritos. Los más jóvenes de la familia 
              pueden encargarse de escribirlas e ilustrarlas, armando así un 
              libro que reúna y pueda ser compartido por futuras generaciones. 
            Fundación Leer (www.leer.org.ar) 
            nació en 1997 con el objeto de contribuir, desde el sector privado, 
            a la formación del hábito lector, aspecto fundamental del proceso 
            educativo y factor indispensable para la inserción activa en la 
            sociedad. Para lograr su objetivo, Fundación Leer firmó un acuerdo 
            de licencia con Reading Is Fundamental, Inc. (RIF) de los Estados 
            Unidos. De esta manera, logró operar sus programas en nuestro país. 
            Argentina es el segundo país del mundo, y el primero entre los de 
            habla hispana, en obtener una licencia de RIF. Hoy implementa 
            asimismo programas de desarrollo propio y en alianza con otras 
            instituciones. 
            Fundación Leer desarrolla sus 
            programas a nivel nacional, reteniendo una mirada local. El trabajo 
            busca fortalecer a las instituciones y a las redes comunitarias 
            conformadas para que puedan diseñar y desarrollar proyectos 
            alfabetizadores dirigidos a niños y jóvenes. 
            Para ello, Fundación Leer brinda 
            capacitación en tácticas innovadoras, asistencia técnica, materiales 
            y libros nuevos para enriquecer los ambientes alfabetizadores. Los 
            Programas de Fundación Leer se implementan en escuelas, públicas y 
            privadas, escuelas rurales, bibliotecas, hospitales, centros 
            comunitarios, comedores, centros para niños con discapacidades, 
            correccionales e instituciones  recreativas. |