| 
										
										7 Calderos Mágicos: -
										¿Cuál es el recuerdo más remoto que 
										tenés relacionado con la narración de 
										cuentos? 
										
                                        Marita: 
										- Cuando era chica, estaba mucho tiempo 
										con mi abuela, que vivía con nosotros, 
										porque mamá y papá trabajaban. Ella me 
										hizo conocer las historias clásicas de 
										tradición oral y con ellas me enseñó a 
										leer y a escribir a los cinco años. Por 
										eso, no hice 1er. grado.  
										7 Calderos Mágicos: -¿Cómo y cuándo 
										descubriste que tu destino estaba ligado 
										a la transmisión de la cultura a través 
										de la oralidad? 
										
										Marita: - Hace muchos años, vino a la 
										escuela en la que yo trabajaba Dora 
										Pastoriza de Etchebarne. Nos contó 
										historias en la sala de maestros y no 
										nos contaba el final. “¿Quieren saber 
										cómo termina?”, nos decía, “lo leen en 
										tal libro”. Pensé “Yo quiero hacer eso”, 
										pero lo tuve que postergar hasta que mis 
										hijos fueron adolescentes y me sentí un 
										poco más libre. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Con quién 
										aprendiste a narrar? (Vale retrotraerse 
										a la infancia) 
										
										Marita: - Mi primera maestra fue Dora 
										Pastoriza de Etchebarne. Luego, Juan 
										Moreno, y después tomé talleres con un 
										montón de narradores, acá y en el 
										extranjero. También terminé la Escuela 
										del Relato de Ana María Bovo. 
										
										
										7 Calderos Mágicos: - Tal vez al amparo 
										del televisor, hay una figura que ha 
										desaparecido de la infancia de los 
										actuales niños, el abuelo narrando 
										historias. ¿Creés que esta ausencia 
										tiene alguna consecuencia para el 
										 
										
										
										desarrollo? 
										
										Marita: - No sé si para el desarrollo, 
										pero sí para la cultura, para la 
										formación de los chicos en el placer de 
										leer. Pero todavía quedamos muchos 
										abuelos que sí les narramos cuentos a 
										nuestros nietos y hay una tendencia 
										importante en las escuelas hacia la 
										promoción de la lectura a través de la 
										narración oral de cuentos. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Narrás para niños 
										y adultos? En caso afirmativo ¿Cuál es 
										la diferencia? 
										
										Marita: - Sí, narro para adultos y para 
										niños. Y para adolescentes, también. El 
										público infantil y adolescente es más 
										sincero: si no entienden, interrumpen; 
										si se aburren, molestan, se ponen 
										inquietos. (Nunca me pasa, por suerte). 
										Los adultos son impredecibles: a veces 
										se matan de risa con un cuento cómico, o 
										se emocionan hasta las lágrimas, y 
										otras, uno les ve unas caras serias, 
										como para pensar “Y a éste ¿qué le 
										pasa?” y después se acercan y te 
										felicitan y te contratan para una 
										fiesta. En todos los casos, cada función 
										es un desafío para el narrador; eso es 
										lo lindo de esta profesión. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Tu principal 
										defecto? ¿Tu mayor virtud? 
										
										Marita: - Como narradora, me imagino… Mi 
										principal defecto: la mala memoria. La 
										gente no me cree, pero tengo una memoria 
										desastrosa: aunque tengo en la cabeza 
										más de cien cuentos, me cuesta horrores 
										acordarme de los nombres de los 
										protagonistas y de los lugares, no puedo 
										recordar poemas y no sé la letra de casi 
										ninguna canción. ¡Ah! Y el orden de los 
										cuentos en un espectáculo: siempre me lo 
										llevo anotado y lo espío durante la 
										función. 
										
										Mi mayor virtud: soy creativa. Reemplazo 
										muy rápido todo lo que me olvido: le 
										invento otro nombre al personaje y lo 
										pongo en un lugar desconocido. Poemas 
										casi no digo porque les tengo mucho 
										respeto… y miedo. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Cómo seleccionas 
										tu repertorio? 
										
										Marita: - Leo, leo, leo. Me tengo que 
										sentir encantada con una historia para 
										incorporarla a mi repertorio. Y ese amor 
										me tiene que durar. A veces me pasa que 
										cuento un cuento una vez y ya me 
										desenamoro. Entonces no lo vuelvo a 
										contar. Queda en mi memoria, pero no en 
										mi repertorio. Tengo un repertorio muy 
										variado, con cuentos de todo género, 
										pero tiendo a preferir a los autores de 
										habla hispana, más que nada, 
										latinoamericanos. Y me gusta mucho 
										descubrir autores poco conocidos. 
										También me gusta contar mis propios 
										cuentos: la devolución del público es 
										inmediata; es mejor todavía que verlos 
										publicados. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Qué historias no 
										debería desconocer ningún niño? 
										
										Marita: - Los cuentos de tradición oral 
										y algunas leyendas propias de su país. 
										Aunque también es muy importante que 
										conozcan a los autores actuales que 
										escriben cuentos para niños. Eso es lo 
										que los puede llevar más que nada al 
										entusiasmo por la lectura. 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Cuál fue el primer 
										cuento que narraste en público? 
										
										Marita: - “La estrellita que cayó en el 
										monte” de Pedro Inchauspe. Les contaba 
										ese cuento a mis alumnos de Actividades 
										Prácticas para que aplicaran distintas 
										técnicas en su ilustración. Y fue el 
										primero que conté en el Instituto Summa, 
										cuando aprendía a narrar. Después de más 
										de veinte años, lo he enriquecido tanto 
										que los nenes -ahora adultos- de aquel 
										entonces, jamás lo reconocerían. 
										
										7 Calderos Mágicos: - Te convocan 
										frecuentemente a realizar narraciones en 
										las escuelas ¿Qué le piden los maestros 
										a un espectáculo de narración? ¿Qué 
										valorizan los chicos? 
										
										Marita: - Sí, efectivamente, trabajo 
										mucho en escuelas. Es algo que me gusta 
										muchísimo. Y eso es lo más importante: 
										disfrutarlo. Los maestros, a veces, 
										piden determinadas temáticas, de acuerdo 
										con los contenidos que están 
										desarrollando, pero, en general, dejan 
										el repertorio a mi elección. Creo que lo 
										que más les interesa es ver en sus 
										alumnos las caritas atentas y felices. 
										
										Los chicos valorizan las historias y el 
										placer de escuchar. Muchas veces se 
										entregan de tal modo que no quieren ni 
										salir al recreo y, poco a poco, se van 
										acostando en el piso, si es que los 
										maestros los dejan. Es que las historias 
										se disfrutan más en la cama, antes de 
										dormir, ¿no? Nuestras abuelas no eran 
										nada tontas… 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Cómo describirías 
										el panorama actual de la narración oral 
										en   Argentina? 
										
										Marita: - La narración oral va ocupando 
										lugares, lentamente, que antes no 
										ocupaba: ya no se restringe 
										exclusivamente al ámbito escolar (en el 
										que cada vez se le da más espacio); es 
										más común en cafés y bibliotecas y las 
										grandes empresas la aplican para mejorar 
										los servicios al cliente y para preparar 
										a su personal. Hay mucho camino para 
										recorrer todavía, hasta que se logre que 
										nadie pregunte “¿Narrás cuentos? ¿Qué, 
										chistes?... ¡Ah, cuentos!... ¿Los leés?” 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Se puede vivir en 
										nuestro país siendo cuentacuentos? 
										
										Marita: - Sí, sin lugar a dudas. Cada 
										vez es mayor la difusión de la Narración 
										Oral y cada vez son más las actividades 
										que surgen relacionadas con ella, además 
										de los espectáculos de siempre. 
										 
										
										7 Calderos Mágicos: -¿Qué público te 
										demanda mayor esfuerzo a la hora de 
										narrar? ¿El público infantil o el 
										público adulto? 
										
										Marita: - Los dos por igual. Si se toman 
										las cosas en serio –y no hay otra manera 
										de hacerlo- la preparación de cada 
										cuento debe ser bien trabajada y llevar 
										su tiempo de maduración, tanto para unos 
										como para otros. El respeto al público 
										–infantil y adulto- es algo que jamás 
										debe perderse de vista. 
										
										7 Calderos Mágicos: - Todos tenemos un 
										sueño… ¿Tenés ganas de compartir un 
										poquito de tu sueño con nosotras? 
										
										Marita: - Como buena pisciana, vivo en 
										un sueño. Y mi sueño es, precisamente, 
										llevar los cuentos por todos los caminos, 
										dentro y fuera del país, hacer de la 
										Narración Oral una expresión cultural 
										popular, tan conocida como el Cine o el 
										Teatro. En eso estamos. |