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                  Hace casi medio siglo, 
                  
                  
                  ni uno menos ni uno más 
                  
                  
                  en una verde sabana 
                  
                  
                  en plena media mañana 
                  
                  
                  me dio por aterrizar. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Ese día, que curioso, 
                  
                  
                  de la era espacial, un hito, 
                  
                  
                  el Sputnik se lanzó 
                  
                  
                  y este mundo inició 
                  
                  
                  su  viaje hacia el infinito. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Mi papá y mi mamá 
                  
                  
                  me esperaban esos días, 
                  
                  
                  se cumplieron nueve lunas 
                  
                  
                  y los dos junto a mi cuna, 
                  
                  
                  me arroparon de alegrías. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Mi familia fue creciendo 
                  
                  
                  y llegaron tres muchachos, 
                  
                  
                  yo fui la única niña, 
                  
                  
                  una brujita de piña, 
                  
                  
                  entre juegos vivarachos. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Estudié en el Teresiano, 
                  
                  
                  mi colegio fue un tesoro, 
                  
                  
                  tanto, tanto me enseñaron 
                  
                  
                  y nunca se equivocaron 
                  
                  
                  con las cosas que yo adoro. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Después, la universidad, 
                  
                  
                  donde me hice enfermera. 
                  
                  
                  Aprendí que en esta vida 
                  
                  
                  lo mejor nunca se olvida, 
                  
                  
                  lo demás, pura quimera. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Siempre he sido soñadora, 
                  
                  
                  si parezco un globo al viento 
                  
                  
                  me encontré un príncipe azul 
                  
                  
                  y vestida en nieve y tul 
                  
                  
                  me fui con él en el tiempo. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Volamos en una alfombra, 
                  
                  
                  hicimos rutas y planes, 
                  
                  
                  la más hermosa cabaña, 
                  
                  
                  nos plantamos en España 
                  
                  
                  juntando sueños y panes. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Vivimos como en un cuento 
                  
                  
                  tenemos los Tres cerditos: 
                  
                  
                  David, Ricardo y Miguel, 
                  
                  
                  nuestros amores de miel 
                  
                  
                  que le han ganado al lobito. 
                  
                  
                    
                  
                  
                    
                  
                  
                  En mi familia soy reina 
                  
                  
                  de esos hombres tan queridos: 
                  
                  
                  Mi viejo, tres hermanitos, 
                  
                  
                  mi esposo, mis tres hijitos, 
                  
                  
                  dos sobrinitos bandidos.  
                  
                  
                    
                  
                  
                  A mi jardín lo embellecen 
                  
                  
                  esas flores primorosas: 
                  
                  
                  Mi madre, mi Marcelita, 
                  
                  
                  Beatriz, dulce condesita, 
                  
                  
                  y mis amigas preciosas. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Tengo el corazón a flote 
                  
                  
                  sobre el lomo de una ola, 
                  
                  
                  pegado en hilván a un cuento 
                  
                  
                  de personajes e inventos, 
                  
                  
                  que nunca me dejan sola.  
                  
                  
                    
                  
                  
                  Escribo cosas de niños 
                  
                  
                  siempre al hilo de una rima, 
                  
                  
                  me siento como un pirata 
                  
                  
                  y aunque meta bien la pata 
                  
                  
                  con mi lápiz hago esgrima. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Tengo que decir al mundo 
                  
                  
                  que soy doña golosinas: 
                  
                  
                  ¡¡¡Papas fritas!!! Me fascinan, 
                  
                  
                  Chocolaticos y helados, 
                  
                  
                  los piratas condenados  
                  
                  
                  y que tengo Hada Madrina. 
                  
                  
                    
                  
                  
                  Mi vida es cosa sencilla 
                  
                  
                  parece un soplo de brisa, 
                  
                  
                  y lo mejor, ¡¡¡esa risa!!! 
                  
                  
                  que de sorpresa me pilla. 
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